Tuesday, June 5, 2012

Confesión de mis transgresiones.


(Isaías 59)
He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír;
pero mis iniquidades han hecho división entre yo y mi Dios (YHWH), y mis pecados han hecho ocultar de mí su rostro para no oírme. Porque mis manos están contaminadas de sangre, y mis dedos de iniquidad; mis labios pronuncian mentira, habla maldad mi lengua. No clamo por la justicia, ni juzgo por la verdad; confío en vanidad, y hablo vanidades; concibo maldades, y doy a luz iniquidad. Incubo huevos de áspides, y tejo telas de arañas; el que comiere de sus huevos, morirá; y si los apretaren, saldrán víboras. Mis telas no servirán para vestir, ni de mis obras seré cubierto; mis obras son obras de iniquidad, y obra de rapiña está en mis manos.

Mis pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; mis pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en mis caminos. No conocí camino de paz, ni hay justicia en mis caminos; mis veredas son torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz.
Por esto se alejó de mí la justicia, y no me alcanzó la rectitud; espero luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y ando en oscuridad.

Palpo la pared como ciego, y ando a tientas como sin ojos; tropiezo a mediodía como de noche; estoy en lugares oscuros como muerto. Gruño como oso, y gimo lastimeramente como paloma; espero justicia, y no la hay; salvación, y se alejó de mí. Porque mis rebeliones se han multiplicado delante de ti, y mis pecados han atestiguado contra mí; porque conmigo están mis iniquidades, y conozco mis pecados: el prevaricar y mentir contra YHWH , y el apartarme de en pos de mi Dios; el hablar calumnia y rebelión, concebir y proferir de corazón palabras de mentira.

Y el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir. Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho.

Y vió que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia. Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto, como para vindicación, como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la costa.

Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él. Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová.

Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti (Isaías), y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre. 
 

El pecado que mora en mí.

(Romanos 7: 21-25)
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
!!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

Viviendo en el Espíritu

(Romanos 8)
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.