Wednesday, April 18, 2012

Obras de Martín Lutero: Santiago - Judas.


WHY MEN REJECT THE GOSPEL

1 This lesson was addressed to all Christians. Particularly was it meant for the time when they had to endure from the unbelieving world persecutions severe and oft; as James indicates at the outset, where he says: V.2-4. “Count it all joy, my brethren, when ye fall into manifold temptations; knowing that the proving of your faith worketh patience. And let patience have its perfect work, that ye may be perfect and entire.” Again: V.12. “Blessed is the man that endureth temptation.”

2 Two things there are which part men from the Gospel: one is angry impatience, and the other evil lust. Of these James speaks in this epistle. The former sin, he says, arises under persecution--when for the sake of Christ the Lord you must give up property and honor, and risk body and life; must be regarded as fools, as the drudges, yes, the footstool, of the world. Painful and intolerable to the point of discouragement and weariness is such a lot, particularly when it is apparent that your persecutors enjoy good fortune, having honor, power and wealth, while you suffer constantly. Peter, too, admonishes (I Pet 3:10), upon authority of Psalm 34:12-14: He who would be a Christian must be prepared to avoid evil and do good, to seek peace, to refrain his tongue from evil and his lips from speaking guile, and must commit himself to God.
In the case of a great many people otherwise favorably disposed toward the Gospel, it is nothing but persecution which deters and repels them from it. They cannot endure the injuries and reproaches they must suffer for its sake. But for the precious holy cross which is laid upon Christians, and their inability to overcome indignation and impatience, the world would long ago have been crowded with Christians. But on account of trials men recoil, saying: “Rather than endure these, I will remain with the majority; as it is with them, so be it with me.”

3 The second thing to which James refers is worldly lust---“filthiness,” as James terms it. This, too, is a prevailing evil, particularly with the common people. When they once hear the Gospel they are prone to think right away that they know all about it. They cease to heed it and drown in lust, pride and covetousness of the world, being concerned entirely with accumulating wealth and seeking pleasure.
4 That these two evils prevail is apparent to the eyes of all men today. We fear that we shall fare no better than the prophets and the apostles; these things are likely to continue. Nevertheless, we must unceasingly exert ourselves in behalf of ourselves and others to guard diligently against both these evils. Particularly must we not impatiently murmur and rage against God; we must also show meekness toward our fellowmen, to the end that wrath everywhere may be quelled and subdued, and only patience and meekness reign among Christians.

EL PORQUÉ LOS HOMBRES RECHAZAN EL EVANGELIO DE JESUCRISTO
 
1 En este tema se abordó a todos los cristianos. En particular, se entiende para el momento en que tuvieron que soportar las persecuciones del mundo incrédulo, graves y a menudo, como indica Santiago al principio, donde dice: V.2-4. "Tened por sumo gozo, hermanos míos, cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fé produce paciencia. Y tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales "Una vez más:. V.12. "Bienaventurado el varón que soporta la tentación".

2 Dos cosas hay el porqué los hombres rechazan el Evangelio de Cristo: una es la impaciencia furiosa, y la otra los deseos lujuriosos; de los cuales habla en esta epístola Santiago. El pecado anterior, dice, se deriva de la persecución - cuando por causa de Cristo el Señor tienen que renunciar a la propiedad, el honor, y el riesgo de perder la vida; debe ser considerado como para tontos, como para los esclavos del trabajo, sí, el estrado, del mundo. Dolorosa e intolerable hasta el punto del desánimo y un gran cansancio de todo, sobre todo cuando es evidente que sus perseguidores disfrutan de la buena suerte, tienen honor, poder, y riqueza, mientras que usted sufre constantemente. Pedro también amonesta (I Pedro 3:10), sobre la autoridad del Salmo 34:12-14: El que quiera ser cristiano debe estar preparado para evitar el mal y hacer el bien, para buscar la paz, refrenar su lengua del mal y sus labios no hablen engaño, y deben comprometerse con Dios.
En el caso de un gran número de personas de otro modo favorablemente dispuestos hacia el Evangelio, no es más que la persecución que les impide y repele del Evangelio de Cristo. No pueden soportar las injurias y reproches, que tendrán que padecer por su causa. Pero para la preciosa cruz santa que se pone a los cristianos, y su incapacidad para superar la indignación y la impaciencia, el mundo hace tiempo que hubiera estado lleno de cristianos. Sin embargo, a causa de las pruebas los hombres se retraen, diciendo: "En lugar de soportar esto, yo me quedaré con la mayoría, ya que como así es con ellos, pues que así sea conmigo."

3 La segunda cosa a la que Santiago se refiere es al deseo mundano --- "inmundicia", como le interpreta Santiago. Esto, también, es un mal que prevalece, sobre todo con la gente común (indoctos). Cuando una vez que oyen el Evangelio son propensos a pensar de inmediato que ellos saben todo al respecto. Ellos dejan de prestarle atención -al Evangelio de Cristo- y se ahogan en la lujuria, el orgullo y la codicia del mundo, concentrándose en su totalidad con la acumulación de riquezas y la búsqueda del placer.

4 Que estos dos males prevalecen es evidente a los ojos de todos los hombres de hoy. Tememos que no nos irá mejor que a los profetas y los apóstoles; estas cosas es probable que continúen. Sin embargo, debemos esforzarnos sin descanso en favor de nosotros mismos y los demás, a guardarnos diligentemente contra estos dos males. En particular, no debemos murmurar con impaciencia y airarnos contra Dios, también tenemos que mostrar humildad hacia nuestros semejantes, a fin de que la ira de todo el mundo pueda ser reprimida y sometida, y sólo reine la paciencia y la mansedumbre entre los cristianos.


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