Es fácil pasar por alto el hecho de que Jesús eligió a Judas para ser discípulo. También es posible que nos olvidemos que si bien Judas traicionó a Jesús, todos los discípulos lo abandonaron. Como los demás discípulos, Judas sufría de una persistente incapacidad de comprender la misión de Jesús. Esperaban que Jesús pusiera en acción los derechos políticos. Cuando Él hablaba de morir, sentían diversos grados de ira, temor y desilusión. No entendían por qué Jesús los escogió si su misión estaba condenada al fracaso.
No conocemos la exacta motivación de la traición de Judas. Lo que sí está claro es que Judas permitió que sus deseos lo pusieran en una posición en que Satanás pudiera manipularlo. Recibiría una paga por entregar a Jesús a los líderes religiosos. Identificaría a Jesús ante los guardias en el oscuro huerto de Getsemaní. Es posible que su intención fuera obligar a Jesús a decidirse. ¿Iba o no a rebelarse contra Roma y a establecer un nuevo gobierno político?
Cualquiera que haya sido su plan, Judas se dio cuenta que no le gustaba el rumbo que tomaban las cosas. Trató de reparar el mal que hizo devolviendo el dinero a los sacerdotes, pero ya era demasiado tarde. Las ruedas del plan soberano de Dios estaban en movimiento. Cuán lamentable es que Judas haya finalizado su vida sin experimentar el don de la reconciliación que Dios pudo haberle dado mediante Cristo Jesús. Las reacciones de la gente hacia Judas siempre han sido mixtas. Mientras algunos lo aborrecen fervientemente por su traición, otros lo compadecen porque no se daba cuenta de lo que hacía. Unos pocos han tratado de hacerlo un héroe por la parte que tuvo en poner fin a la misión de Jesús en la tierra. Otros dudan de la justicia de Dios al permitir a un hombre llevar tal culpa. Aunque hay muchos sentimientos hacia Judas, es necesario tomar en cuenta algunos otros hechos. Por su propia decisión Judas traicionó al Hijo de Dios poniéndolo en las manos de los soldados romanos (Lucas 22.48). Fue un ladrón (Juan 12.6). Jesús sabía que la vida de maldad de Judas no cambiaría (Juan 6.70). La traición de Judas fue parte del plan soberano de Dios (Salmo 41.9; Zacarías 11.12, 13; Mateo 20.18; 26.20–25; Hechos 1.16, 20).
Al traicionar a Jesús, Judas cometió el más grande error en la historia. Pero aunque Jesús sabía que Judas lo traicionaría, eso no significa que Judas fue un muñeco de la voluntad de Dios. Fue Judas el que tomó la decisión. Dios sabía cuál sería su elección y lo confirmó. Judas no perdió su relación con Jesús, más bien nunca llegó a ponerlo en primer lugar. Se le conoce con el nombre de «hijo de perdición» (Juan 17.12) porque no alcanzó la salvación. Judas nos haría un favor si nos hiciera pensar una segunda vez acerca de nuestro compromiso con Dios y la presencia de su Espíritu en nosotros. ¿Somos verdaderos discípulos y seguidores de Jesús o imparciales no comprometidos? Podemos escoger la desesperación y la muerte, o podemos optar por el arrepentimiento, el perdón, la esperanza y la vida eterna. La traición de Judas envió a Jesús a la cruz para garantizar esa segunda elección, nuestra única oportunidad.
¿Aceptaremos su don gratuito o lo traicionaremos como Judas?
Puntos fuertes y logros:
• Fue uno de los doce discípulos escogidos; el único que no era galileo
• Guardaba la bolsa del dinero para los gastos del grupo
• Fue capaz de reconocer el mal que hizo al traicionar a Jesús
Debilidades y errores:
• Era ambicioso (Juan 12.6)
• Traicionó a Jesús
• Se suicidó en vez de buscar el perdón
Lecciones de su vida:
• Los planes y motivos malos permiten que Satanás nos use en cosas peores
• Las consecuencias del mal son tan devastadoras que aun las pequeñas mentiras y errores tienen serios resultados
• Los planes de Dios y sus propósitos obran aun en las peores situaciones
Datos generales:
• Dónde: Quizás de la aldea de Queriot
• Ocupación: Discípulo de Jesús
• Familiares: Padre: Simón.
• Contemporáneos: Jesús, Pilato, Herodes, los once discípulos
Versículos clave:
«Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce, y éste fue y habló con los principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de cómo se lo entregaría» (Lucas 22.3, 4).
La historia de Judas se relata en los Evangelios. También se menciona en Hechos 1.18, 19.
Biblia del Diario Vivir
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